Francés Medio: siglo XIV a XVII
El francés medio es la lengua de transición entre el francés antiguo y el francés moderno, la cual permaneció durante los siglos XIV y XVII, caracterizados por un gran desorden. El siglo XIV estuvo marcado por la peste negra y la Guerra de los Cien Años, que dio lugar a una gran desorganización de las instituciones. Este periodo estuvo dividido en dos partes: el francés medio (también denominado francés medio temprano) del siglo XIV - finales del siglo XV; y el francés clásico (también denominado francés medio tardío) principios del siglo XVI - finales del siglo XVII.
El francés empieza a distinguirse claramente de otras lengues d'oil que a veces se mezclan en el concepto de francés antiguo.
A principios del del siglo XV, entre las élites, el latín seguía siendo la lengua de la educación, la administración y la burocracia. Esto cambió en 1539 con la Ordenanza de Villers-Cotterêts en la que Francisco I ordenó que el francés (El Franciano) fuera la única lengua para el ámbito legal y jurídico
Las diferencias todavía eran muy pronunciadas entre las distintas regiones de Francia: en el sur de Francia predominaban las variedades occitanas, en el centro-este prevalecían las variedades francoprovenzales y en el norte siguieron hablándose lenguas de Oïl distintas del franciano.
Surge el denominado: Francés Clásico, que no es más que al francés fácilmente comprensible por los lectores modernos (al contrario del francés medio y antiguo) pero que presenta numerosas diferencias en el vocabulario y en la sintaxis, notablemente en la construcción preposicional de los verbos. utilizado por los escritores entre el Renacimiento y el siglo XVIII.
La fascinación que provocaban los textos clásicos conllevó la introducción de numerosos préstamos tomados del latín y del griego, en ocasiones en detrimento del rico vocabulario que ya existía en el francés antiguo. Se introdujeron numerosos neologismos basados en raíces latinas y algunos eruditos modificaron la escritura de palabras francesas para conformarlas a sus raíces latinas. Desafortunadamente, estos cambios ortográficos supusieron una ruptura radical entre la escritura y la pronunciación de las palabras.
Las guerras francesas en Italia y la presencia de italianos en la corte francesa introdujeron el humanismo italiano en Francia. Del italiano se tomaron muchos préstamos de ámbito militar (alarme, cavalier, espion, infanterie, camp, canon, soldat) y artístico (especialmente arquitectónico: arcade, architrave, balcon, corridor; y literario: sonnet).Esta tendencia se prolongaría a lo largo del francés clásico. También se introdujeron préstamos del español (casque) y del alemán (reître), así como de las lenguas del Nuevo Mundo ('cacao, hamac, maïs).
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